Es muy común que cada inicio de año, éste traiga consigo el discurso que nos invita a pensar y elaborar propósitos para llevar a cabo durante el año que inicia.
Suele ser también bastante común que al pensar y analizar nuestros propósitos, nos demos cuenta que algunos de estos también han estado en nuestra lista de años pasados; esta es la razón por la que vale la pena cuestionar y analizar nuestros propósitos de año nuevo y en realidad, cualquier propósito que nos planteamos.
Un punto clave para poder analizar esto es una pregunta muy sencilla: ¿nuestros propósitos son realmente nuestros?
Quizá esta es una pregunta rara, uno de inmediato podría pensar: ¡por supuesto que mis propósitos son míos, por eso son mis propósitos!
Sin embargo, cuando nos detenemos a analizar un poco más a conciencia esta pregunta, podemos dar cuenta que muchas veces, aquello que denominamos un propósito propio, no es tan propio como podría pensarse.
Pongamos un ejemplo sencillo: Imaginemos que en nuestra lista de propósitos de año nuevo, está comenzar a correr todos los días.
Suena a un gran propósito que nos propusimos de manera propia, sin embargo, no es lo mismo comenzar a correr todos los días porque no quiero estar en mi casa, comenzar a correr todos los días porque quiero lograr un maratón completo este año o comenzar a correr todos los días porque mi vecina lo hace y si ella puede yo también puedo.
De los tres ejemplos anteriores, solo el de correr un maratón tiene que ver con una iniciativa y deseo propio, los otros dos tienen que ver más con escapar de algo o sentir que tengo que competir y ser mejor que el otro, esos otros dos ejemplos no hablan realmente de una meta propia.
Y es allí donde radica la diferencia, el porqué no logramos nuestros propósitos y el porqué es tan importante hacer y no obviar lo que se cuestionaba párrafos arriba: ¿Nuestros propósitos son realmente nuestros?
Comencemos a hacernos más esta pregunta, a analizar nuestros propósitos con la finalidad de verdaderamente hacerlos nuestros y con ello, evitar la frustración y el abandono de nuestros proyectos.